En el verano de 1897 el anarquista italiano Michele Angiolillo asesina de tres disparos a Antonio Cánovas del Castillo, presidente del gobierno de España. El magnicidio tiene lugar en el aristocrático balneario de Santa Águeda, en Gipuzkoa, que tras el atentado cae en desgracia y poco tiempo después se convertirá en hospital psiquiátrico. La única testigo y superviviente de los cambios y la historia de este lugar es Maurizia Bolinaga, Boli, o Boliche, trabajadora del establecimiento, a través de cuyos ojos asistimos, primero a los años dorados del balneario (los bailes y paseos, las fiestas, el casino, los coqueteos... la Belle Epoque, en definitiva) y después al rocambolesco traslado en tren de los pacientes desde los manicomios de Zaragoza y Valladolid y las diferentes y sorprendentes historias que se esconden tras cada uno de los internos y sus enfermedades mentales. Son tres también los disparos que un año antes del asesinato de Cánovas recibe Xalbador, el novio de Maurizia, un joven pelotari que tras recuperarse de las heridas, emprende la búsqueda de su misterioso atacante, al que persigue por medio mundo, y de cuyas aventuras (Xalbador será contrabandista en el pirineo navarro, apostador en los frontones de San Sebastián, Manila o La Habana, anarquista en Barcelona, fotógrafo de muertos en Cuba, pornógrafo en Madrid...) da cuenta Maurizia a través de las cartas que el joven escribe, en un periplo cuyo destino final es el punto de partida: Santa Águeda, y su amada Boli.