Cada vida cuenta. Cada cuento es vida.
Soy Josepha. Nací en Camerún. Crecí en un pueblo en el seno de una familia que no tenía problemas económicos y pude estudiar. Siempre quise ser maestra y trabajar en mi pueblo. Allí me casé con un amigo de la familia que siempre estuvo enamorado de mi. A veces el amor se transforma en otras cosas, y deja de ser amor. En mi cabeza repetí durante mucho tiempo que si él se enfadaba conmigo era porque yo lo hacía perder la paciencia. Me sentí culpable durante mucho tiempo, pero un día me desperté y me di cuenta de que cuando alguien te hace daño eso no es amor. Decidí escapar de los gritos y los golpes, mi tío me ayudó. Soñaba con viajar a un lugar donde no sintiera miedo al cerrar los ojos... y empecé mi viaje...
Un proyecto en colaboración con Open Arms.