La llegada de Donald, el hermano prófugo, alterará la tranquilidad de la pequeña comunidad de rancheros y enfrentará a los dos hermanos, que se debatirán entre el amor y el odio, el rencor y la culpa. En este paisaje tan inexorable como el destino, Simenon urde uno de sus más notables "romans durs", el primero de su etapa americana, donde recrea una compleja trama familiar de resonancias bíblicas, freudianas.