El nuevo libro del autor de El camino del alba.«La visión poética tiende aquí a desgranarse en fragmentos o partículas, la reunión de los cuales (que no su adición) se propone como la única configuración posible del mundo.» Andrés Sánchez Robayna
«Una poesía de subrayada modernidad que se reencuentra con sus fuentes, una escritura casi abstracta que se vuelve materia pura en nuestras manos, ante nuestros ojos.» José María Espinasa
Prosiguiendo el itinerario de El camino del alba, el nuevo libro de Alfonso Alegre supone la culminación de su poesía exquisita. Su primera sección es como un jardín de la escritura, un reguero de piedras letras. El tiempo del hoy y del ayer es, en la segunda, el destino de los sufrientes, que se refleja en los pies heridos de Edipo y en el dolor de Antígona, en el morir de Francisco de Aldana, en el desierto de Alcazarquivir, o el de Federico García Lorca en la linde invisible de Aynadamar. En la siguiente sección, la superficie de las palabras se vuelve agua y así espejeo y cenit del cristal. Luego, en el jardín de Basho y en el de Emily Dickinson, la poesía se aboca a la caligrafía, a la línea que traza el verso en el horizonte o al ramaje desnudo del árbol contra el cielo. Ya en la última parte, las palabras caen ahora entre nosotros, y sólo se oye el ruido de los pies sobre la grava y el tiempo del lugar por fin despierta.