Prólogo, de un lectorTres mujeres. Y un agradecimiento Introducción 1. Boga mar adentro, muchacho2. Alimenta la perla, jovencito3. Sé un hermano entre tus hermanos4. «Ora tú y enseña a orar»5. ¡Aléjate de los ídolos!6. Una soledad desconfiada es una vida derrotada7. Devuélveme la alegría8. En el silencio apareció su luz9. Se me dio el poder para el bien10. Sé humildemente feliz11. La ciudadanía12. ¡Está bien, está bien!13. Vive ya en el presente, en la eternidad14. Pacto de amistad15. Dos anillos16. Oí en la playa: «¡Desaféctate!»17. El mal, cobarde, huye18. ¡Consolad, consolad!19. La mano vino en el precipicio20. Un cuerpo fraterno y unido21. Cero en liderazgo22. Espíritu de caridad Epílogo
Todo hombre se encuentra instalado y rodeado -o abrazado- por el misterio de Dios y por el misterio mismo del ser humano que somos. Un misterio que nos asedia y acompaña cada mañana y cada noche, y que se nos cuela por todos los flancos de la existencia humana, y que, posiblemente, podamos intuir que nos constituye.Este libro trata sobre unas palabras, así, con minúscula, que nos llevan a pensar en su cosecha, trabajada y sugerida a lo largo de la vida del autor. Se trata de palabras distintas, discretas, silenciosas, intensas, provocadoras y evocadoras de ese misterio; palabras chicas, pero fundamentales, y siempre, a fin de cuentas, arraigadas en la Palabra.