Algunos ignoran que la nada es una parte del todo.
A veces nos hacemos el gran regalo de decidir no volver a ver a ciertas personas.
No hay que dejar que la sempiterna sordidez de la política nos convierta en personas amargadas.
Todo narciso acaba ahogándose en su espejo.
Es bueno que el aforista se dedique a pulir sus aforismos como Spinoza pulía sus lentes.
A partir de cierta edad el tiempo es la prórroga que nos concede el destino para que todavía podamos hacer algo de provecho.
Los generosos tienen más amigos de los que creen y los tacaños tienen más enemigos de lo que sospechan.