Tal vez a ti también te hayan dicho que como ciudadano o ciudadana tienes un gran poder. No puedes levantar el martillo de Thor ni volar como Wonder Woman, es cierto, pero, ojo, puedes votar. Ése es tu poder. Guaaau. ¿En serio? ¿Y cómo se explica entonces ese sentimiento, entre la desilusión y la desolación, que a tantos nos acomete en relación con el voto? Menuda papeleta... François Bégaudeau se ha propuesto diseccionar de manera radical esta pregunta. Podría haberlo hecho con un ensayo sobre la famosa «crisis de la representación», pero este libro está en las antípodas del academicismo (es un ensayo muy narrativo, en parte autobiográfico, con mucho sentido del humor y un pelín de mala hostia).