«El camino de algunas personas, como el de las nubes de este cuento, parece que no vaya a ningún sitio. Quizás porque no encuentran ningún lugar suficientemente bonito como para quedarse o porque, si se detienen, temen perderse lo que hay más allá. Así ha sido un poco mi andadura, pasando por muchos sitios sin pararme demasiado en ninguno. ¿Será mi lugar actual el sitio donde echaré raíces y me sentaré a escribir y dibujar mientras miro las nubes pasar? ¡Quién sabe! Quizás el lugar de una persona no es un lugar sino un momento: el momento en el que saca el lápiz y el papel y se sienta a escribir una nueva historia».