Tienen gracia los sueños. No los de por las noches, sino los que soñamos despiertos. A veces se hacen realidad. No hay que olvidarse de soñar con los ojos abiertos... Aunque el día en el que por fin vas a conocer a tu padre, es normal que estés un poco de los nervios. ¿Y si resulta que no encajas en su vida ni él en la tuya y tu mayor sueño acaba siendo un chasco enorme? ¿Qué se siente al tener que repartirse entre un padre y una madre