Noches blancas es una de las primeras novelas de Dostoyevski y sin duda una de las más emotivas. Es la expresión más descarnada de la bondad humana, la historia de un hombre sin nombre capaz de todo para que su amada alcance la felicidad. Estamos ante un Dostoyevski que se sabe llamado a escribir, un joven soñador a la búsqueda de la felicidad en la tierra. Y este espíritu lo traslada al narrador protagonista de Noches blancas, un joven de veintiséis años que lleva una vida solitaria en San Petersburgo, ciudad por la que cada día hace largos paseos. Hasta que, en uno de ellos, él, que nunca ha conocido a una mujer, ve a una joven que llora apoyada en la barandilla de un puente que atraviesa el río Neva. Quiere acercarse a ella, preguntarle qué ocurre, no se atreve, pero en cambio ahuyenta a un borracho que ha venido a importunarla. Los dos jóvenes se verán tres noches más y una mañana en los muelles junto al río, en la ciudad desierta a causa de las vacaciones estivales. Se contarán sus historias, entre ellos nacerá un amor fulgurante, pero aparece entonces la sombra de un tercero?