Pedro F. Razkin, voz y guitarra de la fuga, se estrena en la literatura con este poemas con prólogo de El gran Wyoming e ilustraciones a color de aranha F. Razkin. Un libro valiente, canalla y vital que amplía el universo creativo que viene amasando desde los primeros ochenta en su Iruña natal. Un volumen mimado hasta el extremo y en el que su autor desnuda su alma sin grilletes ni cortapisas. «Protege tus ojos, tu lengua, tu aliento y tu napia. Ya estás avisado. Estas páginas esconden pedradas en forma de verso que te saltarán directamente a la cara. Al centro del gepeto, en donde más duele. Cuídate muy mucho si eres de los que miran a su alrededor con el ojo crítico o de los que duermen con el ojo medio abierto a no ser que lo hagan en compañía. De los que estrujan la noche con tanta pasión como el día y se ríen de los que pasan a su lado a hurtadillas. De los que viven su libertad y la saborean con tanta pasión como lo hacen de unos labios húmedos sobre su boca. Si es tu caso estás perdido, caerás no que a do como el púgil rendido frente al campeón, pero aún te quedarán ganas de más. Ahí queda dicho, estás avisado.» «Bendito tú que escribe porque puedes lo que a otros les está vedado porque arrastran bridas, bocado y cincha. Dichosos los que se despojan de la armadura y se muestran como son más allá de la conciencia, de la razón, porque como también supo decir otro poeta: sólo el que pierda el cerebro lo encontrará. el gran Wyoming