«Declarado por la Junta Médica Militar y ratificado posteriormente por la administración: Tonto». Así hace constar en su carta de presentación el protagonista de estas crónicas que corren a lo largo de un cuarto de siglo de un Reyno fallido. Retablo de Maravillas, Corte de los Milagros, Esperpento, Guiñol de feria, el Cristobicas apenas se debate antes de ofrecer, entre extrañado y sorprendido, plácidamente el cuello al energúmeno que lo reclama, tanto su empeño. Pues los personajes perdedores de Guillermo López Lacomba no luchan o acaso sólo para no sucumbir a la evidencia. Sus vidas consisten en aferrarse a algo y no soltarse jamás, pase lo que pase, conscientes siempre de que el grano que los irrita no devendrá en perla.mbién ha preparado la antología de poesía vasca Las aguas tranquilas (Renacimiento, 2017) y la de aforistas vascos Marcas en la piedra (Renacimiento, 2019). Colabora en revistas literarias como Quimera, Estación o Anáfora, y en el suplemento Pérgola del periódico Bilbao. a desvanecerse. Con un aroma clásico que recuerda a los grandes maestros del género noir, Lawrence Osborne ha construido