¿Sabías que en 1391 se inició en España la mayor transfusión colectiva de sangre jamás conocida y su rastro perdura aún hoy? ¿En qué medida es cierto que los Reyes Católicos expulsaran a los judíos en 1492? ¿Cuál fue el papel social de esos «cristianos nuevos» a los que perseguiría la Inquisición casi un siglo después? ¿Cómo llega un respetado rabino a ser nombrado obispo y hasta consejero de reyes y papas? Salomón Leví cambió su kipá por la tonsura y pasó a llamarse Pablo de Santa María: además de prelado de su Burgos natal, acabaría siendo toda una autoridad en la corte de Castilla, así como asesor de Benedicto XIII en el papado aviñonés. La suya es solo una de tantas historias como protagonizaron los llamados conversos, pero, siguiendo sus pasos a través de los lugares que él y otros miles pisaron, David Jiménez-Blanco ha reconstruido insólitamente los escenarios de la presencia judía en la vieja Sefarad en busca del origen de muchos españoles. Le acompaña en el viaje su buen amigo Samuel Bengio, hijo de la diáspora. Alejados de la historiografía convencional, un cristiano y un hebreo del siglo XXI