En un mundo donde los robots funcionan de forma autónoma y trabajan como ayudantes de segunda clase, Sandra es una androide que, antes de quedar obsoleta, desarrolla la necesidad de ser algo más allá de la función para la cual ha sido diseñada. Y lo va a intentar con todas sus fuerzas... Con una chispeante paleta de colores, Arnau Sanz plantea, después de Un fantasma (Astiberri, 2021) una sociedad de humanos y robots, en la que habla de la obsolescencia de unos y otros y por lo tanto, de la pérdida, pero también de la creatividad, la educación, la discriminación...