Un manifiesto para la generación Rooney. Una bomba original con altas dosis de lirismo, ironía y reflexión sobre el amor, la vida y la muerte escrita por la polifacética Paula Reyes, actriz e integrante del grupo Pipiolas. Enriqueta no llora. Desde que su hermano se suicidó y le dejó una escueta nota de despedida con dos faltas de ortografía, Enriqueta vive en un mundo que le es ajeno e incómodo. A fogonazos, mezclando poemas y breves pinceladas de prosa, como dos lenguajes siameses dialogando, dos maneras de contar la misma emoción, Paula Reyes dibuja esta estampa oscura, cómica, cáustica y lírica. Una historia no contada, solo esbozada y, como las más reales, sin ningún final. «El amor no es siempre para quien lo desea. Enriqueta tiene enquistado un rencor hacia todas las veces que su madre le prometió que algún día alguien la querría como a ella la quisieron; hacia su bisabisabisabisa (quién sabe cuántos bisa más) abuela Juana la loca; hacia todos los hombres que no conocen la vileza y, por tanto, le hacen pensar que es ella quien, entonces, merece la aversión; pero, sobre todas las cosas, tiene una inquina incrustada en cada poro de su cuerpo hacia su hermano, aquel hombre afable que le robó la única cosa que era suya: su sino. Unos padres buenos no podrían soportar la muerte de dos hijos».