«Más que historia lo que aquí se contiene es mucha literatura». Así sintetizó J. M. Caballero Bonald su visita a la estatua del samurái que se erige en la orilla de su «tierra de Argónida». Juan Manuel Suárez-Japón regresa a los hechos que la explican, creando un apasionante relato a partir del dato cierto de la desaparición de la Katana que fue entregada por Hasekura Tsunenaga al Asistente de Sevilla (1614). En el mismo se mezclan, cuidadosamente equilibradas, la realidad histórica y la ficción literaria, las tensiones entre el poderoso Tokugawa y Date Masamune, Señor de Sendai; entre la gobernación de Manila y el poder nipón o las rivalidades irreductibles entre los jesuitas y los franciscanos. De todos ellos -protagonistas del singular suceso del pasado común hispano japonés-, muestra el autor sus flaquezas y virtudes, haciéndoles vivientes y verdaderos.pre-internet, y por lo tanto de otra era. Un libro, en definitiva, que hoy es una anacronía. Pero hay algo reconfortante en publicar papeles pasados, en revisitar tiempos idos, sean feos o bonitos, divertidos o aburridos (como temo que sea este