Al igual que la pintura no está dirigida a los pintores, ni la música a los expertos en música, la filosofía tampoco es para los entendidos. La filosofía es para los profanos. La colección «Filosofía para profanos»quiere facilitar el acceso a la filosofía de algunos autores, no explicando sus vidas o resumiendo sus teorías, sino ofreciendo, para cada uno de ellos, una clave en la que pueden ser leídos. La sexualidad no es una constante histórica: interrogarnos sobre la naturaleza de nuestro deseo es una invención moderna.