El libro más fascinante de Natalia Ginzburg, por cuyas páginas autobiográficas se pasea en bata la historia de la Italia antifascista y donde brilla todo el talento de la autora y uno de los 40 libros imprescindibles escritos por mujeres según Elena Ferrante «Ginzburg entendió muy pronto que cada vez quedarían menos personas capaces de comprender ese lenguaje íntimo y quizás, aunque esto es de cosecha propia, para eso escribió Léxico familiar: para que fuéramos nosotros, los lectores, los que mantuviéramos con vida todas aquellas palabras perdidas.»
Laura Ferrero, El País «Aunque esté basado en hechos reales, me gusta pensar que Léxico familiar va a leerse como una novela, pidiéndole a este libro todo lo que solemos pedir a la ficción.» Así se expresaba Natalia Ginzburg hablando de este magnífico texto que cuenta su infancia y su juventud, y donde aparecen los nombres reales de parientes y amigos, entre ellos Cesare Pavese y Elio Vittorini. Léxico familiar habla de los Levi, una familia judía y antifascista que vivió en Turín, en el norte de Italia, desde 1930 hasta 1950. Natalia era una de las hijas del profesor Levi y fue testigo privilegiado de los momentos íntimos de la familia, de ese parloteo entre padres y hermanos que se convierte en un idioma secreto. A través de este léxico tan peculiar vamos conociendo al padre y a la madre de Natalia, unas personas que inundan de vitalidad el libro; veremos también a los hermanos de la autora, a su primer esposo, a políticos de gran valía y a muchos de los intelectuales que animaban las tertulias en estas décadas tan importantes del siglo XX. La crítica ha dicho...
«Ginzburg recrea los sentimientos y las relaciones, las simpatías y antipatías, los amores y odios de todas las familias, tan predecibles y caprichosos, pero también, una generación tras otra, la singularidad de los hijos.»
Italo Calvino «Incomparable: no he encontrado ningun libro que se le parezca. [...] Con una ausencia ejemplar de narcicismo, Ginzburg se deja ir indolentemente al vaivén de sus recuerdos, como si tratara de evocar una música olvidada. [...] Es de agradecer la impecable traducción de Mercedes Corral.»
Carmen Martín Gaite, ABC «Es extremadamente clínica y precisa. Su modo de escribir puede hasta asustar. Veo su obra como poderosa, fuerte y a la vez muy profunda, muy terrenal, casi del submundo. Sencillamente, una autora fantástica.»
Lisa Taddeo, Vogue «Cada familia es el mundo. No un mundo, sino la humanidad entera. Quien entiende a su propia familia es capaz de entenderlo todo. Y ella repasa aquellas historias, deteniéndose en cómo se contaron, consciente de que la memoria hace trampas.»
Llucia Ramis «Su trabajo no es abstracto ni expresamente filosófico, más bien práctico y personal. Cuando cierras el libro sientes que la autora se ha convertido casi en una conocida aun sin tener mucha idea de quién es.»
Rachel Cusk, Times Literary Supplement ("On Natalia Ginzburg") «Llegué a Natalia Ginzburg vestida con los trapos sucios del desarraigo. Ella se reveló ante mí como una mujer que vivía en mi cabeza sin saberlo. Ella me enseñó a lavar mi propia ropa, llorando.»
Karina Sainz Borgo «Su libro más representativo, el que contiene todos los demás, y en el que más claramente brilla su escritura.»
Aloma Rodríguez, Diari de Tarragona «Distante, divertida y melancólica. El sello de Ginzburg es inconfundible.»
Rachel Cusk «No soy ella, pero aquí -en esta lectura, ante este libro-, por arte de literatura, me siento Natalia Ginzburg, quizá porque haya dicho algo de mí que yo no sospechaba, y espero que, al cerrar la última página de Léxico familiar, todos sus lectores nos reconozcamos en ella.»
Elena Medel