Estos retratos comienzan por el ámbito personal más cercano y representativo para extenderse sobre una lista de personajes de la cultura y la política de la izquierda insumisa bajo el franquismo y del tiempo que le sigue. De alguna manera se trata de una ampliación de las Memorias de un bolchevique andaluz, ahora escorada hacia un memorial más colectivo desde los que retratar encuentros y experiencias. A lo largo de sus páginas desfilan la madre jornalera, el padre derrotado, el vecino anarquista que regresó del exilio insertado en un cuadro familiar singular, amigos libertarios autodidactas como José Peirats, Eduardo Pons Padres; sigue con Francesc Candel, representante de la conciencia charnega catalana; repasa un abanico de destacados militantes de la sección española de la IV Internacional tales como Jordi Dauder y Miguel Romero Moro; sigue con profesionales de la revolución internacional como Peter Camejo; describe la trayectoria de Wilebaldo Solano que abarca desde sus inicios juveniles contra la dictadura de Primo de Rivera hasta la última batalla por la memoria del POUM; describe los diversos encuentros con marxistas heterodoxos de la talla de Paco Fernández Buey en el espacio de la experiencia de IU liderada por Julio Anguita. Una suma de referentes de la evolución personal, cultural y militante del autor que como cinéfilo no se resigna ante la «gran derrota» de la restauración conservadora y que encuentra en Ken Loach una filmografía con la que volver a trabajar, amén de un ejemplo de resistencia frente a la citada restauración que comienza con el siglo XXI el inicio una resistencia cada vez mayor. Una resistencia que se debate tanto en lo social como en lo ecológico. Se podría hablar de una autobiografía reflejada a través de algunas de los personajes que más le importaron y que más le influyeron desde principios de los años sesenta hasta un pasado reciente.
Pepe Gutiérrez Álvarez (Puebla de Cazalla, Sevilla, 1946; emigra a L'Hospitalet, Barcelona, 1960), aprueba con dificultades las dos primeros años de bachillerato que abandona llamado por las exigencias de un compromiso militante amplio, pero que se centra primordialmente en el activismo cultural, primero en oposición al franquismo, después en las nuevas condiciones creadas bajo el régimen del 78, actualmente cuestionado. Esta trayectoria atraviesa una crisis de cristiano inquieto, participa en una formación libertaria y se confirma desde 1967 en una opción por la última Internacional
Cineclubista desde mitad de los años sesenta, periodista ocasional en diarios que tratan de sostenerse contra la corriente dominante, divulgador en toda clase de revista de historia (Historia 16, Tiempo de historia y vida, L'Avénc) y pensamiento (El Viejo Topo, Viento Sur), en páginas alternativas on line como Kaosenlared, Rebelión
Responsable de numerosas ediciones de clásicos socialistas (Jack London, Panait Istrati), es autor de diversas monografías (Lev Trotsky, Lev Tolstói, John Reed, George Orwell?), es también responsable de diversos trabajos sobre la memoria (Miniwatt, La memoria obrera, elogio de la memoria, sin olvidar sus propias memorias), es igualmente autor de un extenso número de estudios sobre el POUM (Un ramo de rosas y una silla vacía, Retratos poumistas), y finalmente de diversos ensayos sobre el encuentro entre el cine y la historia (En el nombre del padre y del hijo, El cine y la biblia, La guerra que no se debió perder, El 36 y el cine), como miembro activo de la Fundació Andreu Nin ha tomado parte en toda clase de encuentros y debates, siempre desde la mismas constante de análisis y divulgación.