Una habitación propia es el resultado de las reflexiones de la autora al dar forma a las conferencias que le pidieron dictar sobre la novela y las mujeres, “un tema que genera todo tipo de prejuicios y pasiones”, para un público privilegiado, las alumnas de las universidades femeninas de Cambridge, Newnham College y Girton College. Corría 1928 cuando cumplió en las aulas con el encargo y 1929 cuando sus palabras vieron la luz en papel; pero, en cierto modo, podría haber ocurrido ayer mismo, porque hablamos de un tema recurrente y una de las peculiaridades de la literatura escrita por mujeres en cualquier época en distintos foros y entrevistas a escritoras.
Virginia Woolf desarrolla uno de los textos señeros del feminismo y además analiza en profundidad las circunstancias que limitan a las mujeres y las anima a salir de la invisibilidad, les pide que viajen, que vivan, que dispongan de su tiempo, que observen el mundo, que acumulen experiencias..., que aspiren a su independencia económica…, que tengan “una habitación propia”.
Una obra de lectura obligada, un ensayo clásico de la literatura universal, para comprender de dónde venimos y hacia dónde nos conviene caminar.