Estas deben de ser las peores Navidades de mi vida
Mi exnovio acaba de reservar la mejor suite en el resort donde trabajo (con su nueva novia, no conmigo), la mitad del personal se ha dado de baja por gripe (mentira: quieren asistir a un concierto que se celebra en el pueblo) y mi hermana me está volviendo loca con sus inacabables planes de boda.
En cualquier otro momento todo esto no supondría ningún problema, pero la Navidad lo cambia todo, y además mi familia está a punto de descubrir la mentirijilla que les he contado sobre mi inexistente prometido.
Para evitarlo, decido descargarme Ejecutivo a la carta, una aplicación que permite contratar a un «falso y atractivo hombre de negocios» para impresionar a familiares y amigos.
Por lo menos es lo que yo esperaba
Pero cuando el chico que he elegido me deja plantada en el último momento, la aplicación promete enviarme «un sustituto aún más sexy».
Deben de haber querido decir «el demonio», porque este tipo no es un actor y, definitivamente, no es un «falso» ejecutivo.
Es mi antiguo jefe.
El idiota que me despidió el año pasado.
Vale, ahora sí que, oficialmente, son las peores Navidades de mi vida.